Cosquilleo

Querida Charlote, 


Estaba sentada frente a las escaleras de lo que parecía una oficina gubernamental... no entendía lo que realmente hacía ahí, bueno sí, lo estaba acompañando. Me lo había pedido y yo accedí a ello porque le quiero mucho, pero, si, si, ya sé lo que dirás... ¡y eso que no te he contado la mejor parte!


Jejeje, si me hubieras visto... temblé bajo su mirada, bajo sus labios... pero ¡no! no es lo que estás  pensando, te lo juro. Y no es que él no quisiera, si no que la simple idea me repugnaba... no podía hacerlo, no podía dedicarle una sonrisa más que fraternal, incluso aunque me muriera por tenerlo entre mis brazos, pero no podía... ella lo impedía. 


Nunca te he hablado de ella, ¿cierto? no quieres saberlo... de igual manera no importa, no volverá ocurrir... 


E.M y G.M 

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