Deseos frustrados.

Y en ese momento la distancia no importaba; los miles de kilómetros que se interponían entre ellos eran nada, solamente eran un error de la naturaleza que justo en ese instante carecía de valor. Las palabras dichas con tanto fervor, los besos prometidos eran lo que más motivaba a esos dos seres de carne y hueso a seguir con su camino.


Cada mañana, cada tarde y cada noche esperaban con ansias el hablar con el otro. Un suspiro significaba mucho más que cualquier cosa que en algún momento pudieron imaginar, en aquella época significaba la cruda realidad de recordar que jugaban contra el reloj, y que el futuro los amenazaba con romper aquella burbuja brillante que con esmero ambos habían logrado.


El tiempo avanzaba, el presente era el que comenzaba a entorpecer aquello que tanto habían cuidado, una piedra en el camino daba pie a un nuevo sendero que uno de ellos se estaba planteando seguir. ¿Dolería el separarse? ¿Heriría a su alma gemela con aquella decisión?, era obvio, sin embargo, había hecho su elección y se encontraba a un paso del camino que lo llevaría lejos de las promesas que habían hecho.


Llegó el momento de decir hasta luego, ambos lo habían asimilado, sabían que era lo mejor para que pudieran crecer pero algo en el fondo de su ser les impedía romper los vínculos que habían formado. Pero, tenían que hacerlo, debían decir "adiós" a los sueños que pensaron serían su futuro y "hola" a los senderos que se abrían.


Y ahí estaban, nuevos caminos que bifurcaban aquel en que se encontraban. La existencia de nuevos seres que deseaban que ellos abandonaran el lugar donde estaban. Alguien dio el primer paso y toda la escena cambió, una parte se oscureció hasta quedar en total penumbra, a pesar de eso perseveraban los murmullos... era el recuerdo del pasado, los amigos comunes y los deseos frustrados.