Just words.

Cualquiera diría que no es cierto, que lo que estas letras intentan decir no es más que un simple intento de lo que alguna vez quisieron decir. Las palabras que se forman dejan de tener sentido porque en realidad todos sabemos que no son ciertas pero al final el conjunto forma una idea que es imposible de arrancar.
Es alto... es bajo, es un egocéntrico... hay que subirle el ego, tenemos tanto en común... no hay nada en común. Es frío... está siempre ahí. Sus palabras duelen... siempre es un consuelo. ¿Realmente importa? ¿Lo entienden? Quizás no, uno tampoco lo hace. 
De un momento a otro todas y cada una de las palabras pronunciadas se vuelven ley, se convierten en una verdad absoluta. Parece que no serás capaz de mentir, se supone hay algo que debería impedirlo y sin embargo, nada es seguro. Nunca puedes estar cien por ciento seguro de algo, siempre existe ese atisbo de duda. Aquella que carcome y que impide dormir con tranquilidad por las noches.
E incluso después de que las páginas del capítulo se cerraron, queda esa sensación de vació en el pecho. Algo sigue estando incompleto. Una historia sin fin, una historia grabada en la piedra y en la arena. Letras que se llevo el viento, palabras que confundió el torbellino, ideas que ni el tornado pudo arrancar. 

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