Sociedad.

Hoy simplemente no pude comer bien, un nudo en la garganta me lo impedía. Eso, más las lágrimas cayendo sin mesura sobre mis mejillas, pero no podía detenerlas por más que yo quisiera. Me sentía impotente, quería -de hecho aun quiero- mentarsela al gobierno y a la sociedad en general; pero sobretodo a nuestros bien intencionados líderes.

No lo puedo negar, el día de hoy la clase de problemas me hizo pensar demasiado -quizás más de lo necesario-, me hizo ahondar en el hecho de que somos una sociedad dividida hasta cierto punto. De que no vemos lo maravilloso de nuestro país, de nuestra gente. Ahh, no eso nunca: ¡¿cómo?!, ¿comprar una colcha de lana o algodón de esas de pueblo? para nada... necesito que sea de marca.

¡Puras tonterías!, al fin y al cabo sirven exactamente para lo mismo pero una tiene un par de ceros de más, ceros que nuestra sociedad no tiene. Dinero que hace falta. ¿Acaso es posible sobrevivir con $54.47? ¿En serio?  Díganme para que les alcanza, expliquenme como es posible organizar ese dinero que si lo vemos en un mes sería cuánto...¿$1307.28?, trabajando seis días a la semana.

Seis días a la semana, es decir unos 25, 26 días al mes... para ese mísero sueldo. Porque claro, las facturas de: luz, agua, teléfono, gas, más los impuestos. A eso tenemos que añadir, el pasaje para trasladarse, o la gasolina en su defecto, la comida que ¡rayos! ¿ya vieron a cuánto está el kilo de huevo?

Sin embargo, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial sugiere un aumento del 4.5%, lo que en números sería en $2.50 en promedio. 1367.28 pesos. ¿Cuánto más tardará el pueblo en avanzar? ¿Cómo podremos superarnos?

El gobierno que tenemos no es el mejor, ya lo sabemos. Es evidente. Las muertes en el norte, la intervención militar en tantos puntos del país, la pésima infraestructura en el sur y en el centro deja mucho que desear. Pero al final los que nos estamos yendo al hoyo somos nosotros mismos. No aquellos altos funcionarios que se van de vacaciones a Europa, o que cambian su guardarropa con cada tendencia que sale. Al final, si uno no quiere sentir ese vacío en el pecho, si no se quieren sentir esas lágrimas de impotencia corriendo por el rostro es tratar de hacer lo propio lo mejor posible; es la única manera de ayudar a quien está peor que uno.

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