Perfecto.

Las hojas cayendo entre los árboles, tus labios rozando mi pelo... podía sentir tus brazos rodeando mi cintura y, sin embargo todo parecía un error. Aquello no debía estar pasando, por tu bien... yo no era buena para ti. Nunca lo sería. No estaba bien... tenía tantas cosas en mi mente, te lo colabas entre mis pensamientos, no puedo negarlo, pero no eras mi pensamiento primordial.

Soñaba con algo similar a lo que sucedía pero por desgracia no era contigo. Suspiré, aquello no tenía pies ni cabeza. Mi mundo que hasta entonces consideraba perfecto lo habías alterado, lo habías modificado y el problema no eras tú, si no yo... estaba consiente de eso.

Entonces apareció él, ¿qué venía a hacer en mi mundo? ¿cómo había logrado colarse? Nuevo problema... o quizás no era un problema, quizás es que todo lo estuviese sobre actuando. Que tus labios no fueran más que el roce del viento contra mi pelo, tu caricia la lluvia recorriendo mi piel y aquellos sonrojos que provocabas el calor abrasador del sol sobre mi piel.

Pero incluso al ponerlo ahora en perspectiva me pongo a pensar que los círculos de Dante fueron inventados  para mí, para castigarme por mi tozudez, por jugar contigo... cuando tu simplemente eres un amor.

Entradas populares