Borrador.

Sus dedos se deslizaron a través de las teclas de la máquina de escribir. Si, aquello era de antaño teniendo en cuenta que sobre una mesita de centro reposaba una portátil nueva a la espera de ser ocupada por su dueño, pero aquel hombre se negaba a tocarla si antes no hacía su borrador con la tipografía que por años había trabajado.

- Ian, deberías intentarlo mañana.- susurró una voz cansada desde el extremo opuesto donde aquel joven de unos treinta y tantos continuaba aporreando cada letra sin descanso. Él gruño frustrado y jaló la hoja sin compasión por el rodillo y la arrugo dejándola a un lado del aparato.

Ian Cranfort  se levantó del escritorio, se inclinó ligeramente y apagó la lámpara de mesa que iluminaba su alcoba dejándola en una inquietante penumbra. Con pasos dudosos comenzó a avanzar hacia la cama. Había algo que no lo dejaba tranquilo, un presentimiento de que algo pasaría, de que por una u otra razón su vida cambiaría.

- ¿Anne? - murmuró mientras extendía sus brazos para tocar el filo de la cama. - ¡Auch! ¡Cama tonta! - soltó entre dientes cuando se golpeo el dedo pequeño con una de las patas del mueble.

-¿Estas bien? - pregunto la aludida con voz adormilada.

- Si, si... - respondió el llegando a su lado y metiéndose a la cama. Su cuerpo estaba helado lo que provoco que Anne Lindmann se estremeciera cuando él la hubo tomado entre sus brazos - ¿No me dejarás, verdad? - añadió el Cranfort dos octavas más bajo mirándola fijamente.

Ella le sonrió, ser esposa de un escritor implicaba demasiadas cosas entre ellas el dramatismo de él. Con ligereza alzó su mano derecha hasta tocar los labios de su marido esperando una sonrisa por su parte pero el permanecía serio, lo percibía en aquella oscuridad. Los últimos días había estado frío, distante y algo taciturno, ella lo había notado pero había decidido no hacer ningún comentario al respecto pues imaginaba se debía a su mala racha para escribir pero por lo visto aquello iba más allá.

- Claro que no Ian, ¿qué cosas piensas? - respondió abatida. Él se tensó. Esperaba una respuesta diferente.

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